jueves, 5 de julio de 2012

Cualidades y cantidades

La Biblioteca Nacional de España. Madrid. Paseo de Recoletos 22. Varias estatuas en una inmensa escalera frente a un edificio enorme lleno de libros. Si desde la calle lo miras de frente, el edificio asusta, o como decimos por aquí, "acojona".
Entré en la sala general. Impresionante.
Y allí estaba este hijo de Madrid dispuesto a dilucidar un tema histórico importantísimo: Si los asturianos eran suevos antes de la Reconquista, y resulta que Don Pelayo era godo, y si además no se podían ver ni en pintura godos y suevos, la pregunta era: ¿Qué les pasó a los suevos después del levantamiento inicial de la Reconquista? ¿Se los comieron los osos como a Favila, el hijo de Pelayo?
¡Qué bonito es el ocio! ¡La mayor de las majaderías se convierte en algo vital!
Estaba tan absorto con aquella tontería que no me di cuenta que algo verde viscoso con unos ojazos tremendos y una boca de lado a lado de la cara, me estaba observando. ¡Me asustó!
-- ¡Sofía! ¿Que coño haces aquí? ¿Por donde has entrado? ¡Aquí no hay estanques!
-- Hola Felipe "Malhablado". Te tengo que enseñar como se dicen las cosas de manera científica y fina, sin necesidad de usar palabras malsonantes.
-- ¡Pues empieza por decirme cómo has entrado!
-- ¡Psssst! ¡Silencio! ¡Felipe, recuerda que estás en una biblioteca! He entrado por un sitio con mucha agua, en donde las personas renuevan su entereza y dignidad.
-- ¿Por una capilla oculta en los sótanos a la que se accede a través de las alcantarillas quizá?
-- ¡No, estúpido! ¡Usa la cabeza! ¡Por un lugar en el que hacen fuerza hasta los mas cobardes; un lugar en donde defecan hasta los mas valientes!
-- ¿Los aseos?
-- Pues sí
-- ¡Jesús, que cruz me ha caído contigo! ¡Eres peor que un filósofo!
-- ¡Tendrás tu mucho que decir de los filósofos, físico de pacotilla!
-- ¡Un respeto, rana! ¡Señor Don Físico de Paco-Tilla! ¡Eres peor que un filósofo, porque razonan partiendo de estupideces sin nombre, que además no tienen porqué demostrar, intentan definir la realidad, pretendiendo explicar el porqué de las cosas! Un fraude. Es mas fácil acertar a la Lotería cinco veces seguidas.
-- He de admitir que tienes parte de razón. Pero frente a un ejército de falsos amantes de la sabiduría, esto es, falsos filósofos, ha habido figuras señeras del conocimiento humano, conocidas por todos, que han sabido acercarse a la Sabiduría con la suficiente humildad como para preguntarse por el "cómo" de las cosas.
-- En eso Sofía me haces callar. Intuyo que tienes razón. El mundo no sería el mismo sin Aristóteles, o Platón, o Kant u otros muchos. pero hay una cosa que no acabo de entender y que posíblemente me puedes explicar.
-- Dime Felipe
-- Si los antiguos filósofos no podían hacer experimentos, o por lo menos su capacidad para hacerlos era muy limitada, no entiendo como podían acceder al "cómo" abandonando el "porqué".
-- Existen dos descripciones de la Naturaleza; a una de ellas se la podría conocer como "cualitativa", y a la segunda como "cuantitativa".
-- No te "cojo" Sofía.
-- Sí, verás Felipe. Los antiguos griegos, capitaneados por Empédocles, podían describir cualquier elemento natural por medio de cuatro cualidades, consideradas como puras, el Aire, el Agua, la Tierra y el Fuego. Los chinos e indúes usaban cinco elementos, aunque no coincidían. Los griegos, o si lo prefieres Aristóteles, añadió mas tarde un quinto elemento al conjunto de los cuatro ya conocidos, al que llamó la Quintaesencia.
-- ¡O sea, que aquella gente realizó un ejercicio notable de sabiduría basándose solamente en "cómo" era la apariencia sensorial de las cosas!
-- Exacto Felipe. ¿Te das cuenta la profundidad que llegó a tener aquella forma de pensar para que Demócrito intuyera la existencia del átomo?
-- Desde luego Sofía. ¿Y que me dices de la descripción cuantitativa? Con ella se acabaron las especulaciones. ¿Verdad?
-- ¡Que te crees tú eso! Oye Felipe, pensar mal se puede hacer con cualquier forma de descripción.
-- No veo cómo. En el mundo actual, en el que todo se evalúa y se mide no se pueden hacer demasiados trucos intelectuales. ¡Ponme un ejemplo!
-- De acuerdo. La Bolsa. Sean pues las razones que se dan cuando sube o baja la cotización de algún activo financiero. ¿Que te dicen? Que la cotización ha bajado porque el Gasto Público ha superado el nosecuantos por ciento del P.I.B. y etc., etc., etc. ¡Hablan del "porqué"! ¡Están mintiendo!.
-- Me... dejas... perplejo.
-- ¡Caballero! ¡Haga usted el favor de abandonar la sala! ¡Está molestando a los demás con sus murmullos!
-- "Maldita seas rana. ¡La vergüenza que me estás haciendo pasar!"

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